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Conciertos de Cuencos Tibetanos y sonidos armónicos

 

Los cuencos tibetanos son recipientes de metal cuya función es la de emular los sonidos de la naturaleza.

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Los cuencos están compuestos por una aleación de siete a doce metales, entre los que podemos destacar: oro, plata, estaño, mercurio, plomo, cobre y hierro. Están basados en el Principio de resonancia,que dice que una vibración con mayor intensidad y armonía logra contagiar a otra más difusa y poco saludable. En pocas palabras el poder que tiene una frecuencia para modificar a otra frecuencia.

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Se dice que estos metales tienen relación con siete planetas, siete notas musicales y siete chakras principales. Cada cuenco corresponde a una nota musical, pero proyecta además cinco sonidos básicos y una serie de armónicos a veces inaudibles que actúan poderosamente limpiando, activando y armonizando nuestros sistemas internos y despertando estados de supraconsciencia,  y experiencias místicas de diversa índole.  

La vibración tiene la capacidad de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias, y provocar una vibración similar en otro cuerpo. El sonido actúa en nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación física, mental y emocional. 

 

Los filósofos orientales dicen que por su forma se relacionan con la energía femenina (YIN- el cuenco simboliza el vientre), y que las baquetas y batidores con los que se hacen sonar los cuencos, se relacionan con la energía masculina (YAN)

Es conmovedor para el espíritu, escuchar el sonido de los cuencos sonando. A veces el sonido inspira el sentimiento de un gran espacio o de una paz profunda. Estas y otras experiencias así como el sentimiento de bienestar físico después de un "baño" de cuencos es muy común, debido en parte a la vibración recibida. 

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En nuestra sociedad occidental son conocidos desde hace 40 años, pero son originarios de los Himalayas y fueron divulgados después de la invasión China al Tibet en el año 1951. Sobre su origen en el Tibet, existen citas que hablan de sus orígenes en las Lamasterías, donde se decía que los monjes tibetanos cantaban mantras mientras los construían, para que el poder de estos los impregnara.

 

Los cuencos tibetanos tienen muchas aplicaciones terapéuticas, debido a que la vibración de los mismos, produce una profunda relajación llegando a evocar un estado de consciencia similar al del momento del sueño . Potencia enormemente la meditación, son capaces de armonizar el sistema nervioso, reduciendo de forma muy significativa los estados de estrés y de ansiedad, elevando así pues el funcionamiento del sistema inmune, calmando la mente, apaciguando el cuerpo, e induciendo un estado de relajación, calma y bienestar.

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Sonido Sanador

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