Cuando el cuerpo habla lo que el alma calla: una mirada Gestalt a la ansiedad

Hay momentos en los que el cuerpo comienza a hablar en un idioma extraño. Pinchazos en el pecho izquierdo, manos engarrotadas, una presión persistente en el esternón, palpitaciones, mareos. Uno piensa en el corazón: ¿me está dando algo? O en el estómago: ¿por qué siento este nudo constante? Pero a menudo, no hay una causa médica concreta. Y entonces aparece esa palabra: ansiedad.

Desde una mirada terapéutica y especialmente desde la terapia Gestalt, entendemos que la ansiedad no es el enemigo. Es una señal. Una forma en que la psique busca expresión cuando las emociones se han reprimido o no han podido ser sostenidas en su momento. La ansiedad, en este sentido, es una respuesta condicionada a experiencias pasadas que quedaron inconclusas, sin digerir.

El cuerpo como mapa emocional

  • Preocupación constante: pensamientos repetitivos sobre el futuro, el «qué pasará si…», dificultad para desconectar.
  • Miedo irracional: a situaciones comunes o cotidianas, como la fobia a hablar en público o la fobia a salir a la calle.
  • Sensación de amenaza o catástrofe inminente: puede generar miedo a volverse loco o a perder el control.
  • Dificultad para concentrarse: acompañada de diálogos internos negativos o repetitivos.
  • Irritabilidad o hipersensibilidad emocional.
  • Despersonalización: sensación de estar desconectado de uno mismo o del entorno.
  • Sentimiento de culpa excesiva.

🫁 Síntomas físicos

  • Palpitaciones, taquicardia, pinchazos en el pecho izquierdo.
  • Dolor en el pecho por ansiedad.
  • Ahogo por ansiedad, dificultad para respirar (especialmente ansiedad nocturna).
  • Mareos o visión de túnel.
  • Tensión muscular, dolor de cabeza por ansiedad, cefaleas tensionales.
  • Hormigueos o parestesia en manos.
  • Náuseas, dolor de estómago, vómitos por ansiedad.
  • Sensación de nudo o nerviosismo en el estómago.
  • Sudoración, temblores, boca seca.
  • Cabeza embotada o aturdimiento.

🌙 Síntomas conductuales

  • Evitar situaciones sociales (ansiedad social, fobia escolar).
  • Comer por ansiedad o perder el apetito.
  • Insomnio, despertares frecuentes o ansiedad nocturna.
  • Crisis de ansiedad con hiperventilación, miedo a morir o perder el control.
  • Falta de energía, sensación de no tener ganas de hacer nada.

🔁 Síntomas según el tipo de ansiedad

  • Ansiedad generalizada: preocupación crónica, tensión constante, insomnio.
  • Ataques de ansiedad: síntomas intensos que aparecen de forma súbita.
  • Ansiedad anticipatoria: miedo al futuro o a lo que podría pasar.
  • Ansiedad social o fobia de impulsión: miedo a hacer daño a otros o exponerse.
  • Ansiedad en la menopausia: intensificada por cambios hormonales.
  • Ansiedad reactiva: provocada por situaciones estresantes específicas.

Estos síntomas, aunque alarmantes, son respuestas del sistema nervioso activado por un exceso de cortisol. Son el cuerpo expresando lo que las palabras aún no han podido. En muchos casos, lo que se necesita no es tanto “quitar” la ansiedad, sino aprender a regularla, entenderla, darle espacio para ser escuchada.

Técnicas como la relajación de Jakobson, la respiración consciente, el contacto con el cuerpo, la flexibilidad cognitiva y la atención a los diálogos internos son herramientas útiles para acompañar ese proceso.

La función del síntoma

Desde la terapia Gestalt no se busca eliminar el síntoma rápidamente, sino comprender su función. La ansiedad muchas veces protege. Protegernos de algo que, en algún momento, fue demasiado doloroso: una pérdida, una humillación, una infancia sin sostén, una situación prolongada de estrés o abandono.

La ansiedad nos saca de la zona de confort, pero también es una puerta. Una invitación a mirarnos de otra forma. No desde el juicio, sino desde la curiosidad.

El síntoma no es el final

No todas las personas que tienen ansiedad necesitan una baja médica o medicación. Algunas sí. Lo importante no es lo que hacemos para silenciar el síntoma, sino lo que hacemos para escucharlo. Porque la ansiedad no es una enfermedad, es una expresión.

Y como toda expresión, merece ser comprendida.

🧭 ¿Vives fuera de Valencia?

Si no resides en Valencia y estás buscando acompañamiento especializado en ansiedad, puedes acudir a la Asociación Madrileña de Agorafobia (AMADAG), con sede en Madrid. Son expertos en el tratamiento integral de la ansiedad, agorafobia y otros trastornos relacionados, ofreciendo atención profesional y herramientas efectivas para recuperar el equilibrio emocional.